Cómo puedo potenciar mi sistema inmune desde las emociones.
Son muchos los trabajos científicos que reportan claros beneficios sobre el sistema inmune cuando se tienen en cuenta los factores emocionales y se trabaja en el desarrollo de un pensamiento positivo.
David Vinyes es un médico y experto en terapia neural, que sintetizó los resultados de algunas investigaciones sobre este campo. Observó que los estudiantes en periodo de exámenes presentan una disminución de la actividad de las células NK (natural killer).
Son células del sistema inmunitario capaces de reconocer y neutralizar las células que están infectadas. Cuando los estudiantes se sienten solos y estresados, la disminución de estas células es mayor y el sistema de defensa está más vulnerable. Cuando estos mismos estudiantes toman conciencia de su estrés por los exámenes y utilizan técnicas para estar más tranquilos, vuelven a aumentar la actividad de las células NK.
¿Fascinante verdad?
Estas alteraciones del sistema inmunológico no sólo se producen ante un examen, cualquier situación que aumente la tensión y el estrés, lo va a propiciar. Pero no sólo se ven afectados los estudiantes…..por ejemplo, en los familiares de enfermos de Alzheimer o parejas que se están divorciando, se observa una disminución de la función inmune ya sea de manera directa o indirectamente, como podemos ver en las personas que hacen cuadros de herpes virus de repetición.
Cuando estamos viviendo un duelo, un estrés muy intenso por algún acontecimiento vital muy doloroso, se ha relacionado con un aumento en la morbimortalidad, incluso se observa una disminución de la respuesta de linfocitos a mitógenos. ……… y diréis ¿¿eso que es??
Pues mirad, un mitógeno es cualquier sustancia que desencadena el proceso de la mitosis o división celular. …. de manera que si esta función se altera… podemos llegar a desarrollar incluso un cáncer.
Por ello muchos de los estudios sobre actividad física, estrés y el sistema inmune, de principio de este siglo se centran en los enfermos de cáncer.
Al final casi todas las investigaciones concluyen, que las actitudes influyen en el sistema inmunológico “produciendo cambios en la distribución de células en el organismo, lo que determina la respuesta local a un agente patógeno, y altera propiamente la respuesta celular”.
Ignacio Umbert, doctor en Dermatología, experto e investigador sobre el estrés, la inflamación y la psico neuro inmuno endocrinología, del Instituto Umbert de la clínica Corachán de Barcelona, asegura que “vivimos en un sociedad estresada y eso afecta negativamente al sistema inmunológico y al sistema nervioso, que son los responsables de mantener en equilibrio el funcionamiento de nuestro organismo”.
Quienes toman conciencia de esta situación y cambian de actitud para neutralizar el estrés pueden llegar a sufrir un 80% menos de enfermedades cardiovasculares y un 73% menos de otras afecciones menos importantes. Además, segregan más hormona
dehydroepiandrosterona (la DHE, lo que llamamos la hormona de la juventud), en un 23% más en los hombres y un 47% más en las mujeres.
Por eso nuestra querida Diana García, responsable de la unidad de Coaching de Método Tándem, explica que las personas que hacen meditación para cambiar actitudes
consiguen objetivos de manera más natural y sencilla. Esto se sustenta en una activación de la glándula pituitaria que genera una respuesta hipotalámica y reduce la segregación de cortisol, disminuyendo la activación de el sistema nervioso simpático, causante del estrés.
Es algo así como buscar cierto equilibrio entre las emociones y las actitudes.
La conclusión es que el ejercicio físico dispara la producción de endorfinas, reduce el estrés y pone al cuerpo en las óptimas condiciones para disfrutar más y mejor de nuestras vidas