La felicidad es una elección, independientemente de lo que nos pase. Toma la decisión de serlo. Elige ser feliz.
A ver si te ayuda esta frase del psiquiatra William James:
“El pájaro no canta porque sea feliz, es feliz porque canta. Aunque usted se deprima, si empieza a actuar como si fuera feliz, acabará sintiéndose feliz, y por lo tanto lo será. El comportamiento cambia el sentimiento, el sentimiento cambia el pensamiento.”
William James
Es totalmente cierto, actúa ya como si tuvieses el cuerpo de tus sueños, ámalo ya, respétalo ya, agradécelo ya y más tarde o más temprano lo tendrás.
Esa emoción es fundamental para seguir adelante hasta el final, intentando el plan las veces que haga falta, cuando haga falta.
Cuando una persona, ante la incertidumbre y los nuevos retos en lugar de arrugarse, dice sí al desafío y a pesar del miedo, a pesar de la oscuridad, cree que hay algo maravilloso en algún lugar para él y que lo va a encontrar, está demostrado que liberamos más endorfinas, que nos hacen sentir mucho más felices, aparecen nuevas conexiones neuronales, nos volvemos más inteligentes.
Es más, unas células madre, localizadas en los ventrículos cerebrales, emigran a los hipocampos, centros fundamentales para controlar el miedo, centros que segregan dopamina, una hormona que te da seguridad, te hace valiente, aprendes deprisa, en un fenómeno llamado neurogénesis.
Aumenta el riego sanguíneo en el área prefrontal, piensas con más claridad, tomas mejores decisiones, eres muchos más creativo, porque ves lo que otros ni imaginan.
Por eso es tan importante, que salgamos ya de esa zona de confort, poco a poco, primero con pasos pequeños, y vayamos a la zona del coraje, a la zona del valor, porque es ahí donde aparecen nuestros talentos.
Cuanto más grande sea el reto, y más dificultades aparezcan en el camino, más importante es que imaginemos un objetivo ilusionante.
