Entrena tu mente para unos mejores pensamientos positivos.
¿Te has preguntado alguna vez cómo te hablas?
¿Qué te cuentas cada día, cuando te levantas y te ves en el espejo?
¿Qué es lo primero que te dices?
¿Con qué objetivo empiezas el día?
Aquello que nos contamos, es en realidad lo que luego hacemos.
Nuestro pensamientos, se convierten irremediablemente en acciones y los resultados que obtenemos sólo son consecuencia de aquello en lo que creemos.
En muchas ocasiones, vamos en piloto automático, guiados por creencias adquiridas que nos han grabado a fuego y sobre las que ni siquiera nos cuestionamos, si tienen sentido o no.
Está socialmente aceptado que todos los días alcances unos objetivos y cumplas con unas obligaciones, al margen de tus emociones, de cómo te sientas o de si realmente eso es lo que tú quieres en tu vida.
Para unos minutos, se tu mejor amigo y permítete escucharte en silencio, barra libre de pensamientos ¡a lo loco! Como si fuera gratis. 🙂
¿Todo está bien?
¿Hay algo que quieras cambiar? Por extraño que te parezca, empieza a escribir esos pensamientos. Haz este ejercicio siempre que puedas, verás que liberador y clarificador empieza a ser, sin que te des cuenta.
5 cosas que puedes hacer para entrenar tu mente y pensar en positivo.
- Vive en el presente y céntrate en lo que hagas.
El pasado es algo que no puedes cambiar luego no pierdas energía en él, céntrate en lo que puedes hacer hoy, con tu situación actual. Sé práctico.
- No procrastines.
Las tareas incompletas que vagan por nuestra mente nos restan energía. Mentalízate de lo que debes hacer y de cuándo debes hacerlo. Pensar todo el rato en ello y posponer la tarea solo servirá para que alargues ese malestar. Y si lo que tienes que hacer no es necesario realizarlo en ese momento, no pienses en ello ahora, ya lo afrontarás cuando sea necesario.
- Ten ilusiones pero ponte metas accesibles.
No podemos vivir sin ilusiones, las ilusiones son un motor que nos impulsa a conseguir aquello que queremos pero también puede ser devastador cuando vemos que no podemos conseguir lo que deseamos. Aplica una dosis de realismo a tus ilusiones y ponte pequeñas metas, divide tu objetivo final en una serie de objetivos más accesibles.
- Cadena de pensamientos positivos.
Los pensamientos funcionan en cadena, el pensamiento negativo genera más pensamiento negativo y lo mismo ocurre con los pensamientos positivos. Genera una cadena de positividad empezando a preguntarte “Vale, esta es la situación: ¿qué parte tiene de positivo todo esto?”
- Sé consciente de tus pensamientos.
El pensamiento negativo hace que nos sintamos mal. Cuando te sientas así, analiza si se trata de algo que pasa por tu cabeza o es por lo que estás diciendo en ese momento y aprende a darle la vuelta a las expresiones: hazte preguntas que te respondan a tus dudas o que cambien tu forma de pensar, o bien reformula lo que dices o piensas sin utilizar expresiones negativas.
- Nunca voy a lograrlo → ¿Qué necesito para lograrlo? → Con esfuerzo creo que puedo lograrlo.
- No valgo nada → ¿En qué me baso para valorarme? ¿Qué cualidades tengo? ¿Qué podría hacer para ser mejor? → Tengo algunas cualidades para ser valorado y sé que puedo mejorar.
- Acepta y sigue.
Adaptarte a una nueva situación es difícil pero tienes que darle una oportunidad antes de sentenciar que será peor que aquello de lo que sales. Afronta la nueva etapa o proyecto metiéndote de lleno en ella, empieza de cero. Y déjate sorprender. Observa con curiosidad e ilusión como lo haría un niño.